EL DIFICIL ARTE DE CULTIVAR UNA AMISTAD.
La amistad , como el amor, necesita cuidados diarios y detalles. No olvidemos que, igual que toda planta, crece poco a poco, hasta convertirse en un gran árbol. Muchos jóvenes no se preocupan por mantener y cultivar una amistad porque viven el momento, sin preocuparse mucho por el futuro y creen que lo que tienen nunca acabará. Están solos, pues sólo se preocupan de sus propias necesidades aunque aparentemente están rodeados de "amigos". El egoísmo que nos aturde actualmente, impide descubrir a esas personas que valen la pena mantener como amigos. El destino de una persona, aseguran algunos estudiosos, puede estar determinado en gran medida, por la amistad. Un joven puede comprometer o asegurar su porvenir según las amistades que mantenga o rechace. Por algo existe el dicho: "Los hombres son falsos, si conviven con mentirosos; ruines, si conviven con avaros; y vanidosos, si se relacionan con presumidos". De la misma manera, podemos afirmar que las personas son virtuosas, si conviven con aquellos que practican las virtudes. La verdadera amistad, por lo tanto, se contagia, se aprende y se debe enseñar con el ejemplo. Los amigos terminan por ser los "libros del corazón".Únicamente cosecharemos amistad, en la medida en que hayamos sembrado amor comprensión y sinceridad con nuestros semejantes. Sin olvidar que la prueba de fuego de una verdadera amistad pasa, necesariamente, por la soledad.
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